He discrepado en numerosas ocasiones con la Agencia Española de Protección de Datos (públicamente e incluso directamente ante alguno de sus responsables). A fecha de hoy, si alguien me exige que dé una explicación a los errores de la AEPD, diría que están motivados por la excesiva carga de trabajo. Desde mi punto de vista personal, desde hace años la Agencia mejora (y con nota).
Pues bien, recientemente se ha publicado un artículo en el que se dice “Protección de Datos lleva 14 años saltándose la ley al dejar al descubierto datos personales”. Desconozco si la Agencia se pondrá en contacto con el medio (de forma cordial), o se rectificará el artículo, como ya ocurriera con el mismo digital en la noticia “Ultimátum de la AEPD a empresas españolas: prohibido usar Dropbox o Google Apps”.
El artículo que comento dice haber contado con la colaboración de expertos jurídicos y llega a la conclusión de que “la AEPD debería denunciarse y multarse a sí misma”, afirmando que la Agencia ha publicado 500 resoluciones sin anonimizar. Personalmente, creo que lo primero es jurídicamente imposible, y que lo segundo exige una investigación por parte de la AEPD respecto a esos datos (que deben constar necesariamente en el medio).
La AEPD, es una Autoridad de Control reconocida en todo el mundo, por haber dado un ejemplo de responsabilidad y lucha. No son perfectos, claro, pero -con base a un error humano- se generaliza y se pone en la diana a todo un organismo, y a las personas que conforman un departamento concreto (que me consta que son excelentes).
A diferencia de los errores humanos ¿el Confidencial se atrevería a publicar un titular que diga “La prensa leva saltándose la Constitución cuarenta años”? ¿Cuántas condenas se han puesto a los medios por difamar voluntariamente (no por error), a alguien?
La generalización es dañina, y desde la profunda discrepancia con la Agencia en numerosos asuntos, me encuentro en el deber moral de defender la misma ante este artículo, en el que lamentablemente se ha tomado en consideración la opinión y datos de algún profesional de la privacidad, más preocupado en cobrarse su orgullo herido en un medio de comunicación, que en solucionar los posibles errores con la Agencia, que ágilmente los tiene en cuenta.